La voz de Nancy Herrera, líder indígena venezolana fue escuchada esta semana clamando por justicia en los territorios que sus comunidades han habitado por siglos, y donde siguen siendo atropelladas y masacradas. Casi nada ha cambiado allí desde la colonización española hasta hoy. Ni el ministerio de los pueblos indígenas, ni el de la mujer y familia salen de su letargo, la única cara visible del gobierno en un conflicto que ya tiene mucho tiempo es de la fuerza armada. Tal como se ven las cosas, la castrense es la única institución que sigue activa en el país. Mientras en el resto del mundo las naciones se organizan para que toda la ciudadanía goce de todos los derechos, aquí el brazo armado nos retiene con cadenas cada vez más lejos del desarrollo...
Para el resto de las venezolanas en las ciudades la realidad no es menos grave: el último boletín de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), reveló que la falta de insumos imprescindibles en hospitales en #Venezuela, se ubicó en 72 % para los quirófanos y 46 % para las unidades de emergencias. En ese contexto es oportuno revisar las consiciones en las que se dan los partos en el país, que al estar medicalizados se ven afectados por la misma escasez generalizada y las prácticas deshumanizadas. Por ello es necesario humanizar el parto, es decir atender el proceso de gestación y nacimiento en forma natural sin intervenciones quirúrgicas innecesarias...
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