El monitoreo ciudadano de las actuaciones publicadas por el Ministerio público venezolano en relación a la violencia de género durante el mes de octubre arroja datos alarmantes, entre los que destaca que en las 13 condenas logradas por abuso sexual, todos los delincuentes actuaron contra Niñas, Niños y Adolescentes. Según el mismo fiscal el abuso infantil evidencia un repunte de denuncias desde el 2021, sostenido en el 2022, especialmente durante este último año que finaliza ya y que coincide con la puesta en marcha de la campaña de este ministerio Pedofilia es Crimen. Pero las instancias de Salud, educación y seguridad ciudadana siguen sin activarse para dar respuesta en ésta área.
Durante el décimo mes sólo figura una sentencia por femicidio, a pesar de que en septiembre, el propio ente anunció que fueron capturados los asesinos de 3 mujeres, dos de cuyas muertes la fiscalía calificó de homicidio, habiendo evidencia de que los delitos fueron cometidos por razones de género. En total, sólo tres femicidios de los quince contabilizados por Utopix.cc para septiembre.
Invisibilizar la violencia contra las mujeres es una vieja práctica patriarcal que las organizaciones feministas están comprometidas en destacar porque es cómplice de los crímines contra mujeres y salvo en el renglón de femicidio o femicidio frustrado las mujeres están desaparecidas de los registros publicados por la fiscalía durante octubre. Entre los que se desestimó, por cierto, la muerte de la oficial militar Elinés María Oliveiro como femicidio y fue calificado de suicidio después de muchas diligencias, incluidas varias autopsias con las que se descartó la denuncia de la familia que señalaba múltiples signos de violencia en el cuerpo de la víctima. Ante la duda, queda recordar que también el pasado octubre, el Fiscal actuó en ginebra como defensor del gobierno.
A propósito de los delitos de violencia de género, parece necesario mencionar que se cometen contra personas, de allí que un imputado con varias víctimas debe ser juzgado por los crímenes cometidos contra cada una de ellas, como delitos separados. El castigo al agresor es parte del derecho de las víctimas a ser resarcidas, las sentencias globales sólo benefician al agresor, como en el caso de Albert José Arismendi Marval agresor de tres víctimas todas de menos de 9 años de edad para quienes la pena máxima, 30 años de carcel, recibida por su tío probablemente sea insuficiente.
Otra tendencia que destaca en las actuaciones difundidas en octubre es que cuando el delincuente sexual supera los 40 años las condenas son de más de 15 años de prisión, pero por debajo de los cuarente las sentencias no llegan a los 15 años. Es incluso más notorio el caso de Edicson Johan Gómez Ruiz (efectivo de Politáchira) sentenciado por abuso sexual de su sobrina pero quien recibió la condena más leve dictada en octubre, poco más de 9 años de prisión. Lo cual es más preocupante porque ese mes hay otros dos casos de funcionarios policiales investigados por violencia de género, uno de ellos en fuga, el oficial de Policía Oliver Contreras, de Carabobo.
Digno de recordar es que el mes pasado no aparecieron reflejadas entre las difundidas las actuaciones del ministerio público en materia de violencia de género, en los estados Amazonas, Aragua, Apure, Barinas, Bolívar, Cojedes, Delta amacuro, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, y Monagas, a pesar de que en casi todos ellos ocurrieron femicidios en septiembre.
En octubre el Preso Político Wilder Vásquez cumplió la pena impuesta por la juez Hennit López, y aún permanece en prisión. La participación de mujeres en el sistema judicial o en cualquier espacio de poder no garantiza que actúe con justicia, si su subjetividad permanece sustentada sobre el patrón de relaciones hegemónico que naturaliza la arbitrariedad y la violencia.
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