¿Sabías que la mamografía de rutina no puede detectar todos los tipos de cáncer? Pero sigue siendo el estudio referido comunmente. No sólo puede pasar inadvertido un tumor si es demasiado pequeño o está situado en un área que sea difícil de ver con una mamografía, por ejemplo, en la axila. Pero además es que con mucha frecuencia da falsos positivos también.
Las organizaciones oncológicas financiadas predominantemente por la industria farmacéutica siguen sosteniendo que incluso tomando en cuenta estos riesgos potenciales, es mejor que una mujer se someta a una mamografía. Pero tampoco ofrecen suficiente información para que las mujeres tomen decisiones conscientes.
Así que aquí dejamos los datos básicos. Los investigadores tras analizar 10 ensayos clínicos con mas de 600.000 mujeres, encontraron que los programas de escrutinio de cáncer de mama en Reino Unido salvan más de 1.300 vidas cada año, pero también que 3.971 mujeres reciban tratamiento innecesario.
La verdad es que las mamografías detectan bultos que pueden ser peligrosos o inocuos y no hay forma de saber cuáles tumores son agresivos o letales y cuáles no. Se pueden obtener falsos positivos y falsos negativos, tras lo cual se suele indicar más de una mamografía. A pesar de que la tomosíntesis digital de mama o mamografía 3D se relacionó con menos falsos positivos que la mamografía estándar en el transcurso de un estudio de 10 años, las diferencias no fueron significativas (49,6% en comparación con 56,3%, respectivamente). Es decir, que entre el 50-60% de los casos con diagnóstico de “cáncer de mama” no eran ciertos en absoluto.
Cuando se indica por primera vez una mamografía se advierte a la paciente que la incomodidad es mínima, pero el examen se realiza presionando el seno con un peso de 10 kilopascal, una presión que no recibiría nincún pecho, salvo con un golpe. Se trata de un tejido muy sensible y a eso hay que sumarle que las glándulas mamarias son bombardeadas con radiación para obtener las imágenes.
Existen estudios menos agresivos como el eco mamario que no está aceptado para el diagnóstico precoz del cáncer de mama porque hay muchas lesiones que no se ven en la ecografía. Algo similar a lo que pasa con la mamografía. Sin embargo este estudio no requiere comprimir la mama, ni utiliza radiaciones ionizantes.
Ciertamente no está dicho todo sobre el diagnóstico de cáncer de mama. Suiza también está tomando cartas en este asunto y mientras la Junta Médica nacional estudia la prohibición de las mamografías, trabaja en el desarrollo de alternativas, como el baño de ultrasonido, que permite obtener resultados parecidos, pero sin radiación ni compresión.
En general la industria médica tiene una enorme deuda con la mitad de la población, porque el avance tecnológico no se ha traducido en mejoras relevantes para la salud femenina. El sesgo patriarcal es claro: los hombres nunca han tenido que someterse a un estudio en el que se comprima entre dos superficies firmes, la próstata por ejemplo, para captar imágenes en blanco y negro, es decir, en una radiografía de alta definición.
Frente a la evidencia de esta injusticia dela industria médica invisibilizada por la práctica común. La ingenuidad no puede seguir siendo la excusa para aceptar tratamientos discriminatorios. Se pueden tomar mejores decisiones con más información que la ciencia ha producido pero no llega hasta las usuarias finales.
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